La terapia Gestalt se caracteriza por su interés por desarrollar el potencial humano. 

Se centra en el aquí y ahora: vivir y sentir el presente. Vivir y sentir la realidad. También presta especial atención al proceso de darse cuenta ("awareness"): es la persona quien ha de darse cuenta de lo que le pasa. Para cambiar (si se quiere) una conducta, es fundamental ser previamente consciente.

El enfoque gestáltico enfatiza el cómo o el para qué más que el porqué: ¿Cómo me siento?, ¿Cómo me siento en esta situación?, ¿Cómo me siento ahora?, ¿Para qué estoy haciendo esto?, ¿Para qué me sirve sentirme de este modo? De esta forma es posible contactar con la necesidad. Y, tras contactar con la necesidad, podremos ver cómo movilizo recursos para satisfacerla o cómo me impido satisfacerla

El proceso terapéutico consiste en aumentar la conciencia sobre esas partes no permitidas de la personalidad y sobre los mecanismos con que las personas funcionamos, atendiendo en todo momento a la emoción, a la necesidad latente y a la manifestación física y corporal en el aquí y ahora.

El objetivo del trabajo consiste en aceptar lo que uno es, para poder ser: no buscar ídolos, no aceptar los "deberías“ ni las exigencias, ser responsable de los propios actos. Los valores son la honestidad, la transparencia, la responsabilidad para hacerse cargo de la propia vida y la búsqueda y cultivo de la conciencia.