La terapia Gestalt es una forma de psicoterapia que se enfoca en el presente, en lugar de en el pasado o en el futuro. Se enfoca en el aquí y ahora, en la experiencia inmediata del paciente y en cómo éste puede aprender a hacer cambios positivos en su vida.

Podemos identificar diversas heridas emocionales que pueden ser experimentadas en la infancia y que pueden afectar el desarrollo emocional y psicológico de la persona a lo largo de su vida. Aquí vamos a hablar de la herida de abandono, de traición, de humillación, de rechazo, de abuso, de negligencia, de sopreprotección/dominación, de sofocamiento emocional, de culpa y de no ser visto.

Las situaciones en las que tenemos que exponernos a una evaluación externa habitualmente nos generan ansiedad; si tenemos que demostrar lo bien que hacemos algo normalmente puede ocurrirnos lo que habitualmente conocemos como miedo escénico.

El método SHEC, así como otras técnicas de sincronización interhemisférica, se basan en corregir la neurofisiología alterada, causa directa de la sintomatología, de forma que los pensamientos y las respuestas somáticas y emocionales se corrigen como consecuencia de la modificación neurofisiológica.

Últimamente me he encontrado en varias ocasiones con una frase que dice que problemas tiene todo el mundo, querer resolverlos es lo que nos lleva a iniciar un proceso de terapia. Y es una forma corta, sencilla y directa de sintetizar las múltiples motivaciones y fuerzas, algunas de las cuales reman en sentidos opuestos, que nos pueden llevar en un momento dado a buscar la ayuda de la psicoterapia.

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